Nunca es una más, pero esta ocasión fue muy especial. El Festival de la Estación cumplió con creces en su edición número 24 como el prólogo a un gran festejo, sus bodas de plata.
Con una organización acotada a un solo día, adaptada a los tiempos que corren, una vez más la fiesta de la familia dejó en alto la vara a la hora de conquistar el público, que entusiasta se encontró envuelto en ritmos de nuestra tierra con artistas de gran nivel.